Llorando sola en mi cuarto,
siento que el mundo se cae a mis pies.
Se confirmó, lo que tanto temía;
de Juan me embaracé,
¿Y ahora, sola que haré?
A mi madre le contaré,
yo jamás a mi hijo renunciaré
¡No, qué dices Juan!, ¡a él no abortaré!
Ya siento sus pequeños latidos,
ya la vida se mueve dentro de mí.
Cometí un error lo sé,
pero ¿qué culpa tiene este angelito de Dios?
No quiero llevar a cuestas
el alma de un niño,
que sin culpa nació.
¡Perdóname madre,
perdóname papá!
No escuché sus consejos,
y me dejé llevar por mi inmadurez de adolescente,
y ahora los platos rotos tengo que pagar.
La sociedad me señalará con el dedo,
seré la burla de mis amigos,
pero valiente y decidida por mi hijo lucharé.
Soy joven,
su futuro con mis manos labraré.
Trabajaré duro, muy duro por él.
Mi madre será mi apoyo
mi gran ayuda mi sostén.
Y pasado el momento fiero y amargo,
sé, que más tarde sonreiré.
Hoy doy por mi hijo, honra y vida.
Mañana él será un hombre bueno,
que por mí velará.
Juntos, valientes, venceremos,
los prejuicios de la sociedad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados