Te conocí quizás tarde
en veranos que decaen,
mi bien amado.
Pero déjame decirte con el
corazón en la mano: yo te amo.
A pesar del tiempo, de las
distancias, a pesar de todo...
Llévate en las corbatas de tus
recuerdos mi amor sincero,
sabes que tu vida velo.
Sabes que si no estás desespero.
Amado hoy las nubes negras cubren
tu alegría,
hoy el cielo oscurece un poco
en tu vida;
pero el sol que te quiere como
yo
y al fin saldrá para ti
y volverás a sonreír.
¡Oh, amado los violines de tu
tristeza
los siento en mi pecho grabados!
Y quisiera ser un hada
para borrar las lágrimas de tu
rostro demacrado.
Pero solo soy un pobre ser
humano enamorado.
Solo puedo darte un poco de
amor
de mis cofres dorados.
Mi luz te acompañará siempre.
Cogerá tus manos cuando
necesites aliento.
Seré tu bálsamo en el día
aciago.
Y cuando el nuevo día vuelva a
tu vida exultante.
Allí nuevamente estaré yo, para
amarte.
Autora Edith Elvira Colqui
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