Qué mágica luz transmiten las personas
que no mienten, ni dañan;
¡Son como lamparitas siempre iluminadas!
Es su voz rosa fresca perfumada;
sus palabras son mariposas,
no son dagas.
Alumbran la mas triste oscuridad,
siempre prestas a ayudar a los demás,
siempre brindando su sonrisa de sol.
Son criaturas terrenas
que tienen algo de ángel;
son seres especiales
que en su faz tienen algo de cielo.
Qué mágica luz
de los buenos doctores y enfermeras en el hospital,
que mágica luz de los enfermos terminales en su lecho.
Luz de cielo
tienen las personas que se dedican a servir a los demás.
Su recuerdo permanecerá intacto,
pues supieron sembrar semillas de bondad
que darán fruto por toda la eternidad.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-derechos Reservados