Blancanieves
sucumbió ante la
manzana,
como yo sucumbo por tus
besos cada mañana.
Tus labios de piel
aterciopelada,
me cautivaron con sus mágicas
pinceladas
Vibro con su dulzura fresca y
lozana.
Amado,
tus besos manzanas olorosas
me cautivaron.
Las profundidades de mi alma
conquistaron.
En ellos bebo el néctar
divino,
por sus bordes contenta
camino,
saboreo su delicioso vino.
Son un elixir divino,
¡Al saborearlos gota a gota,
me fascino!
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas - Perú -Derechos reservados
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