Se dirigen a su templo
esos monjes franciscanos,
cansados de la faena
y así se pasan los años
repitiendo su oración:
"mente sana en cuerpo sano"
Atentos y diligentes
van rezando y trabajando,
mutilados para el mundo
¡Hay santidad en sus pasos!
Les besa la soledad,
dejaron familia, hermanos,
saben que esa es su misión;
solos se crucificaron.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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