© ® El Blog de Elvira Colqui Rojas (protegido por ley)

sábado, 21 de abril de 2018

TE REGALO UN POEMA

TE REGALO UN POEMA

Te regalo un poema recién salido del horno de mi creación.

Con manitas suplicantes pidiéndote que lo leas

con mucho sentimiento para que se quede grabado en tu ser.

Con la carita recién lavada,

para mostrarte su mejor rostro.

Con perfumes de pinos frescos para que te relaje y haga soñar.

Te regalo un poema.

Hoy quiero regalarle un poema a ti, a la vida, a todos.

Esta bien abrigado en ilusión (Lo arropé ayer por la noche)

Y así lleno de estrellas,

Quiere regalarte lo mejor.

Pues la mejores cosas de la vida no cuestan nada

¡Son simples y gratis!

Quiero regalarte un poema

Para que te olvides de tus problemas cotidianos,

y vueles con mi pluma por los aires.

Un poema, que te haga amar y soñar...

Yo quiero regalarte, amor en ese poema.

Mucha alegría y paz,

en versos de armonía perfecta.

Cógele las manos a mi poema,

no lo dejes solo. Tiembla de frío.

Mírale a los ojos y verás sólo amor por ti.

No lo dejes nunca abandonado a su suerte

en un viejo portal,

o en un estante que nadie lee.

Él sólo quiere darte alegrías, compartir tus penas también.

Mi poema te acompañará en todas las etapas de tu vida

Será un amigo fiel,

si lo sabes descifrar.

Quiero regalarte un poema

Porque hoy amanecí para ti.

Me envuelvo en papel de azúcar

y me regalo toda para ti.

Pues ese poema,

ese poema soy yo,

mi querido lector.

Toca el flautista tonadas de melancolía,
en su dulce canto alegra el nuevo día
Se sienta sereno en la luna brillante,
con su grácil figura y aspecto galante.
Le toca a la vida y a los sueños bellos
le toca al amor y a sus destellos…

Toca flautista

Tus tonadas de alegría.

Endulza la vida

De los que ya no tienen sueños.

Madre Atravesada por el Dolor

Madre atravesada, por el dolor de tu hijo yerto

por los clavos y la lanzada…

Madre, tus lágrimas lloraron,

el día que a tu hijo crucificaron.

Tienes el alma rota en vidrios,

vez a tu hijo tan callado, mudo,

vives horas en lenta agonía,

es tu niño el que criaste con amor,

allá en Belén,

el que cambiabas los pañales,

¡Se ha quedado mudo,

ya no te pide leche!

¡Esta yerto, yerto!

Y tú tan callada,

bordada en pena.

Madre de alma pura y santa,

en tus

lágrimas nace un pueblo

que no pierde

la esperanza...

MI SOMBRA

MI SOMBRA

Hoy quiero jugar con mi sombra,
hasta las tres de la mañana.
Le invitado un café,
pero no me ha respondido;
se molestó, por que ayer no salió el sol.
¿Pero qué culpa tengo yo?
Yo sólo quiero, con mi sombra jugar.

Yo espero tranquila su regreso,
yo sé que nuevamente,
por estos lares volverá,

Mi sombra pendenciera
me ha cogido del cuello del polo,
y me lleva como gato del pellejo.
Quiere hacerme su arlequín,
su muñeco de papel,
pero no se lo voy a permitir
¡Aquí el humano soy yo!

¡Suéltame, sombra!, ¡déjame ya!

Esta sombra me persigue,
la veo en todos lados,
y me quiere asustar.
A mí no me dan miedo las sombras,
juego con ellas desde niña,
haciendo figuras de aves, de perros, conejitos y otros más.

Mi sombra se ha enamorado y ya no viene conmigo a jugar,
dicen que la han visto en el cine, feliz, con otra sombra pasar,
¡Muy enamorada!

Extraño a mi sombra
y recién comprendo su ausencia,
dicen que por amor, hasta las sombras, pierden la cabeza;
debe ser verdad, porque ella,
ya no viene a mi casa.
A quí no se ve, ¡Ni su sombra!

Mi sombra ya no me molesta,
ya no me levanta de la cama,
ya no me quita la frazada,
ya no ríe a carcajadas.
Ya no la veo por acá.

Mañana hay luna llena,

¡Ojalá venga ya!
Su ausencia me va a desquiciar.

Sombra, sombrita,
quiero ver tu cara,
Sombra, sombrita,
no te hagas de rogar,
dame un abrazo, ponte tu zapato,
y vamos de nuevo a jugar.

Poesía que me tocas con el borde de tu manto

Poesía que me besas con el borde de tu manto,
que bordeas mi cintura con tu canto.
Poesía que me toca las entrañas,
y te diluyes en mi boca
en sabor de mieles puras, cristalinas.

Tus mantos son sagrados, metafóricos, indescifrables,
me envuelven en fragancias sustanciosas
en convites de Calíope y Erato.
Son finas creaciones Paracas
en figuras de colores desbordantes.

Soy la mujer, que hoy quiere tocarte las orlas,
dormirme entre sus faldas,
caminar entre tus olas,
aspirar tus perfumes suaves.

Tú enciendes las liras de mi corazón,
en tus telas hay flautines que me alegran,
y arpegios que me relajan y me hacen soñar.

Poesía, hoy me besas con el borde de tu manto,
tu delicada pieza textil,
recorre todas las avenidas de mi cuerpo
y de mi alma
y me hacen sentir una mujer nueva
iluminada...

Edith Elvira Colqui Rojas- Perú-Derechos reservados-copyright ©prohibida su copia total o parcial

(El manto corresponde a la cultura Paracas-Perú)

EN MI CASA

En mi casa tengo puertas
que se abren hacia al cielo;
dos pajaritas de plata que te llevan a lo eterno.

En mi habitación tengo ventanas
que te devuelven los sueños;
dos estrellas doradas pintadas de ilusiones.

En mi patio tengo un jardín
que transforman lo malo en bello,
un arcoíris de veinte colores
para que veas el mundo de amores.

Enemigo mío,
¡Enemigo mío!
Ven a cenar a mi casa.
Te preparé ricos manjares,
y también jugo de fresa.
Es mi casa puerta abierta,
¡Aquí no existen los rencores!
En casa pacificada todo el mundo es de colores.

En mi casa tengo mirra,
que hacen que la gente se ame,
y tengo unas canastas
que continuamente están llena de flores de alegría.

Toma todo lo que tengo en mi casa,
te lo regalo,
gratis, de balde,
lleva todo sin pagar.

La vida es gratis,
la alegría y el amor también.