¡Cómo reza mi niño!
Con su carita de armiño
y su corazón de manso río.
Sus juguetes lo acompañan;
ellos silenciosos,
escuchan una a una sus palabras
sacras.
El fervor es flor en sus
labios.
Reza por sus padres,
reza por su hermanito Pepito
y por Sebastián su abuelito.
Sabe que Jesús lo escucha
que atiende a sus súplicas
de blanco lirio.
Reza mi niño, reza,
da gracias al padre por el
mundo,
reza por los tuyos
y agradece el gran don de la
vida fecundo.
Autora: Edith Elvira Colqui
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