Atrapada
en tu bosque espeso de besos,
en tus hojas ávidas de pasión;
en tu forma de hacer eso...
Atrapada, anclada
a tus árboles y a tu cemento.
No puedo liberarme de tu cárcel.
Grito, pido auxilio,
pero no me oyes.
Mi carcelero inclemente,
¡Devuélveme mi vida, la de antes!
Tus ramajes
apagaron mi luz,
y solo puedo ver tu luz
atrapando mi vida,
¡Desgajando mi libertad!
Libérame pronto
hombre pequeño,
¿No sabes que el corazón
nació libre?
¡Pronto hará su rebelión
en sus maderos!
Y seré libre de ti.
Autor: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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