Es cuchemos la voz de pajaritos inocentes
explotados en el muladar de la
pobreza.
Escuchemos su voz
que clama fuerte,
para que un desadaptado no
mancille su rosa blanca
con sus sombras de muerte.
Escuchemos su voz,
miremos su rostro de miedo.
Nadie tiene derecho a robarles
su inocencia.
Ellos piden nuestra clemencia
siendo la integridad, su justo
derecho.
Miremos por las calles en el
vecindario
abundan sus figuras.
¡Defendamos su albura!
Mira se los llevan en sus
bolsas
esos halcones hambrientos de
dinero.
No dejemos que su voz muera,
lejos de sus padres en un
destino incierto.
Que se oiga su voz en este
mundo indolente,
¡Mas consideración por los niños,
gente inclemente!
Exigimos,
respeto a la vida y dignidad.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas -Perú-Derechos reservados
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