Visítenme
palomas de la calma,
que me llenen de paz, sus blancas alas,
que me sonrían siempre sus bengalas,
su quietud con mi vida, ¡sí que empalma!
que me llenen de paz, sus blancas alas,
que me sonrían siempre sus bengalas,
su quietud con mi vida, ¡sí que empalma!
Derramo
paz y amor hasta en mi palma,
no me gusta las guerras, ni las balas,
descarto siempre vibraciones malas,
o cosa negativa que desalma.
no me gusta las guerras, ni las balas,
descarto siempre vibraciones malas,
o cosa negativa que desalma.
La calma,
que me calma, busco yo,
y procuro sembrarla en mi casa,
también, por mi ciudad y vecindario.
y procuro sembrarla en mi casa,
también, por mi ciudad y vecindario.
Las alas
de la paz, alguien la llevó,
¿Por qué?, porque su tez está escasa
¡Tratemos de vivirla en nuestro diario!
¿Por qué?, porque su tez está escasa
¡Tratemos de vivirla en nuestro diario!
**Antanaclasis: calma
y por qué, porque
Autora:
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
En
retórica, el equívoco (o antanaclasis), dentro de las figuras literarias, es
una de las figuras de repetición. Consiste en hacer uso del valor polisémico de
algunas palabras: se repite el significante (o cuerpo fónico de la palabra)
pero en cada aparición el significado es distinto.
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