Yo
te amaba,
cumplía
mis obligaciones,
te
respetaba.
Pero
la manzana de la tentación invadió mi cama,
con
sus lenguas lujuriosas me engañaba,
con
su silueta despampanante me obnubilaba.
Y
caí.
Fui
infiel
lo
siento,
no
lo pude evitar.
Sus
jugos apetitosos me hicieron enloquecer,
su
mirada seductora me llamaba,
sus
caricias terciopelo me excitaban.
Olvidé
entonces tus fragancias y tus llamas,
olvidé
tus ternuras juveniles,
tu
fidelidad de hierro me resbalaba.
Era
un necio, tonto, no razonaba
y
a la mujer de años,
engañaba.
A
ella,
la
que por mí, sus fuerzas desgastaba;
la
que lavaba, planchaba y cocinaba.
Aduciendo
que en su figura se descuidaba.
Hoy
descubrí
que
esa mujer no me amaba
que
era mis bolsillos lo que la atraía.
Y
vuelvo a ti, esposa amada.
Pero
tú no quieres saber de mí,
ya
nada.
Estás
deshecha, desilusionada.
Por
infiel,
perdí
honra,
familia,
la
mujer que en verdad me amaba,
dejando
mi vida seca y destrozada.
Autora:
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/safe creative
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