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© SOY UN PEZ SOÑADOR
SOY UN PEZ SOÑADOR
Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...
domingo, 8 de noviembre de 2020
viernes, 6 de noviembre de 2020
ESPERANZA (Acróstico)
ESPERANZA
(Acróstico)
Esperanza hada
primorosa
Siéntate en mi
ventana
Para resucitar
mis sueños
Emerge victoriosa
Rompe oscuridades
Atrapa entre tus
dedos
Negativismos y
miedos
Zumba tu fe en mi
alma.
Ahuyenta los
faros de la pena.
Autora: Edith
Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
MIL ROSAS PERFUMADAS (Soneto Alejandrino) Video poema en mi voz
MIL ROSAS PERFUMADAS (Soneto
Alejandrino)
Mil rosas perfumadas y mirra de
ternura,
te ofrezco albo cordero, ¡toda mi vida
entera!
A tus celestes cielos, animada,
subiera,
¡Para ya contemplar, tu radiante
figura!
¡Manantial de verdad, armiño de
dulzura!
Por la bondad de tu alma, mi pecado
rompiera,
de tus rosas de amor, entera la
cubriera;
¡Se volvería entonces en blanca nieve
pura!
A tus albos palacios, ¡yo pudiera
ingresar!
Y poder contemplar su belleza infinita;
el premio merecido, para los hijos
buenos.
En este duro mundo, ¡tú ayúdame a
luchar!
Para pronto alcanzar, ¡esa gloria
bendita!
Las penas olvidar, ¡y tener tiempos
plenos!
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados
miércoles, 4 de noviembre de 2020
LA VIDA PASA PRONTO
LA VIDA PASA PRONTO
La vida avanza en su carroza del tiempo inevitable,
llega los años de otoño y sus hojas a veces nos pesan,
y nos sentimos como piedras solitarias.
Azota la melancolía con sus fervientes voces
entonces reflexionamos:
Debemos ajustar ya nuestras cuentas con el prójimo y con Dios.
No sabemos el día que partiremos de este mundo,
lo más prudente es tener pies de plomo
y caminar con pisada blanca y corazón blanqueado.
Hay que ponernos en paz con todos, pedir perdón si a alguien hemos
ofendido.
La muerte es una dama tirana que llega de improviso,
seamos sensatos.
Hay que vestirnos con zapatos de sagacidad y no de necedad.
Reconozcamos que somos humanos, que nos equivocamos, que sin razón a
veces a las personas las juzgamos.
Seamos humildes, dejemos las obras infructuosas y hagamos las obras de
la luz, de la verdad y la justicia.
Compartamos lo que tenemos,
para que cuando el ángel exterminador se acerque a nuestras puertas nos
vayamos en paz y hasta con sonrisa dibujada en el rostro.
La paz del alma no tiene precio.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservado
martes, 3 de noviembre de 2020
ESTOY DEPRIMIDA
ESTOY DEPRIMIDA
Estoy hundiéndome en un mar de penas,
y nadie me ve, nadie me oye, ni escucha,
y aquí estoy,
*pidiendo ayuda sin palabras.
En mi faz,
en mi cuerpo delgado y macilento,
se ve que no estoy pasándolo bien.
He perdido el apetito,
no tengo ganas de nada.
Solo quiero alejarme del mundo,
encerrarme en este cuarto sin luz,
y dormir o llorar largamente.
No quiero vivir,
el hombre que amaba acaba de morir,
y no puedo soportar el impacto de su ausencia,
lo extraño cada día más,
me niego a aceptar que ya no está,
que nunca más oiré su voz,
sus palabras llenas de ternura;
sus ojos reluciendo de amor por mí.
¡Oh Dios mío, cómo me duele su partida!
Ayúdame a sobrellevar este dolor,
porque día a día se apaga mi flor.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
domingo, 1 de noviembre de 2020
TODOS LOS SUEÑOS MURIERON
TODOS LOS SUEÑOS MURIERON
Todos los sueños murieron,
el día que tus mariposas de amor fugaron.
No fuiste el amor bienaventurado que esperaba,
teñiste tus alas de traición y pecado
y sola y herida me has dejado.
Murió tu promesa de amor eterno,
¡Allá la veo colgada de un árbol!
Tus palabras de caramelo,
se hicieron helado hielo.
No queda chispas de amor entre nosotros,
tú las mataste
con tu infidelidad y tu traición penosa.
Las cometas de ilusiones que volaban por nuestros aires
son ahora rocas mudas que no hablan.
Esas dulzuras que para ti tejía ya no existen,
los ramajes de ternura
se enterraron en la tumba.
Mi mano que tu piel acariciaba,
tú la cercenaste,
mis ojos que solo a ti miraban,
los quemaste,
mis canciones que solo para ti bailaban
las paralizaste.
¡Culpable eres tú, culpable!
De hacer mi vida miserable
y regalarme un vino desagradable.
Seré para ti ahora, estrella inalcanzable,
ya no surcaré tus cielos, enamorada;
¡Esa es tu paga, hombre detestable!
Solo te queda una rendija:
pedir perdón y declararte culpable.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados