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Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...

miércoles, 10 de diciembre de 2025

Mujer, eres más que rosa (diploma y poema)


Mujer, eres más que rosa

 

Mujer, eres más que rosa perfumada

y maquillaje que decora;

eres pluma que vuela, aire que crea,

perfume de nobleza,

sueño encendido,

pluma libre sin fronteras.

 

Mujer, tejes los hilos de la historia;

tu labor no se encajona en un trasto de cocina.

 

Sueña, vuela, vibra;

tienes derecho a ser feliz

y a volar más allá de tu rol tradicional.

 

Rompe las barreras de los miedos,

lánzate al arte de ser mujer empoderada, decidida,

transformadora de la sociedad.

 

Mujer, ave tierna y soñadora,

el mundo espera tu magia

y tu luz renovadora.

 

Edith Elvira Colqui Rojas-Perù

Prohibido copiarr frases del poema





YO TE INVOCO



YO TE INVOCO

Yo te invoco, hombre de papel,
a respetar mis sensibles pétalos,
a valorar mis rosas emprendedoras,
a no mancillar mis inocentes tallos,
a quererme y mimarme,
a no desgarrar la seda de mi piel lozana
ni apagar el sol que ilumina mi alma.

Invoco a la humanidad
a reconocer mi valía,
en el hogar y en el trabajo,
a defender mis derechos,
a no arrojar al viento mis reclamos,
a creerme cuando digo que me han golpeado.
Tengo derecho a un trato y sueldo igualitario,
¡Reconozcan mi sacrificio diario!

Invoco a los padres
a forjar hijos que sepan honrar a la mujer.
Invoco a los jóvenes
a ceder su asiento a la mujer embarazada,
a respetar las canas de las ancianas.

Invoco a los maestros
a sembrar en la nueva generación
la verdad de nuestra esencia,
a enseñar que no se arrancan las hojas femeninas,
que al quebrar la rosa, el jardín del hogar se entristece.

Invoco a los jueces,
leyes más severas
para los que nos deshojan.

Me invoco a mí misma
a amarme, a valorarme,
a hacerme respetar.

Invoco no solo al hombre y la sociedad,
sino al viento, al tiempo, a la historia misma,
para que no olviden,
para que escuchen nuestras ingentes voces.

No somos sombras ni voces silenciadas,
somos raíces firmes en la tierra,
somos luz, somos historia;
somos vida que engendra muchas vidas. 

La muerte no es muerte

 

Uno no está muerto

si aún puede brindar un sorbo de vida

desde la herida,

si su corazón y sus nervios laten

a pesar de las nubes grises,

si la esfera de la ilusión aún gira

en lo profundo de sus pupilas.

 

La muerte no es muerte

si uno le pone un poco de sal optimista,

si no baja las velas

aunque la marea agreste se levante

y amenace con su furia.

 

La muerte solo es muerte

cuando uno decide enterrarse con ella,

ser polvo mudo, inmóvil,

renunciar a la luz y al aliento vivo.

 

La muerte es vida

para el alma que guarda sol

en sus médulas,

aunque la metástasis

le roa los huesos.

 

Y de la muerte brota la vida,

como de la tierra la bella flor.

 

Edith Elvira Colqui Rojas – Perú


Pájaro solitario sin tejado




Pájaro solitario sin tejado

 

Estoy aquí, pájaro solitario sin tejado,

lamiendo del cántaro espacioso de las penas.

 

Mi horizonte está vacío,

mi rama verde se va secando,

extrañando los rastros de mi amado.

 

Han pasado muchas lunas

y mi amor no ha llegado,

mi corazón en ríos de pena

se ahoga,

en mi tálamo

gruesas lágrimas he derramado.

 

Mis hojas de ilusión lucen secas

y mi lago azul se ha tornado en sombra gris.

 

¡Te extraño tanto, amado!

¡Rozo el lindero de la locura sin ti!

Se nubla mi razón

y me carcomen las termitas agobiantes de la ansiedad.

 

¡Vuelve, gorrión ingrato!

¿No ves que no puedo vivir

sin tus plumajes alegres?

 

¡Tú eres mi oxígeno vital!

La única mañana hermosa

que sopla vientos de dicha en mi ser.

 

¡Mírame, estoy aquí sin ti!

Lamiendo platos

de inmensa tristeza.

Me falta el aliento si no estás,

necesito que vuelvas

y colmes de amor

mis barcas quejumbrosas.

 

Contigo

sé que mi mar azul volverá a brillar,

se alejarán las humaredas hostiles

de la tristeza

y callará la voz aterradora

de la soledad.

 

Edith Elvira Colqui Rojas-Perú ©


MUJER, ERES ÙNICA



MUJER, ERES ÙNICA

Mujer, eres única.

Roma mujer, eres rosa única;

mereces ser querida, amada y respetada.

 

Vil es el varón que osa tocar tus pétalos,

que no respeta en ti a su madre, hermana o hija.

 

Mujer, eres motor de la familia,

semilla del progreso.

Crías futuros ciudadanos del mundo,

forjas una patria nueva con tu trabajo.

 

Día a día combates en el desierto de la vida

para ser reconocida y valorada,

por ningún hombre mancillada.

 

Eres canto que eleva y luz que guía,

la voz que rompe sombras y silencios.

 

Guardas en tu pecho un universo

donde germinan sueños y esperanzas.

 

Eres viento que no se rinde,

ola que avanza aunque todo tiemble.

Tus pasos dejan huellas firmes,

caminos nuevos para quienes vienen.

 

Mujer de lucha, mujer entera,

tu dignidad no tiene precio.

Eres raíz que nunca muere,

flor que renace en cada tiempo.

 

Edith Elvira Colqui Rojas – Perú




Necesitamos una flor




 

Necesitamos una flor pequeña

que florezca entre las piedras.

Una flor que ilumine el mundo,

que haga ondear las esperanzas;

que resucite las ilusiones dormidas.

 

Una flor que no devuelva

el mal por el mal.

 

Necesitamos un cálido abrazo,

una sonrisa llena de afecto,

la palabra perdón brotando de nuestros labios...

 

Necesitamos

que alguien nos haga creer nuevamente en la bondad,

en lo bello,

en lo noble,

en lo justo.

¡Vemos tantas cosas negativas últimamente!

 

Necesitamos que el sol alumbre para todos,

que no muera el sentimiento humano,

que perdonemos de verdad.

 

No se construye la paz,

en paredes manchadas de sangre.

No se es hermano humano,

dando la espalda a los necesitados.

 

Escucha tu voz interior:

Sé feliz derramado ternura.

Las rocas se vuelven mansas palomas,

si las tratamos con un poco de amor.


Edith Elvira Colqui Rojas-Perù

 


martes, 9 de diciembre de 2025

La tarjeta navideña









¡Qué linda luce la tarjeta navideña,
con sus árboles y estrellas!,
y en su interior lleva un bello lema
de paz, unión y fraternidad.

Buenos deseos la adornan,
decoraciones primorosas
y espíritu de bondad.

Envío tarjetas navideñas
a mis familiares y amigos,
deseándoles una Navidad hermosa,
y que el Niño Dios bendiga sus hogares
con alegría sincera y paz perdurable.

Sus colores vivos —rojos, verdes y dorados—
se alzan como un augurio luminoso
de un mundo mejor,
más humano, más fraterno,
donde cada gesto se convierta
en una chispa de amor.

Porque una tarjeta navideña
es un pedazo del corazón
que se regala con ternura
y que ilumina el alma
como una estrella en la oscuridad.

Edith Elvira Colqui Rojas Perù