¿quién osa mancillar tu figura?
Eres la morada santa, inmaculada y pura,
donde reside Cristo Dios, tu Hijo;
pura eres, eternamente pura,
de belleza y honor destaca tu figura.
Elegida de Dios, su favorita,
la bendita entre todas las mujeres;
por tus hijos, los hombres,
tu corazón en amor se enciende.
Rosa primorosa,
del jardín del cielo, la más hermosa criatura,
en ti no hubo mancha ni pecado.
envuelta en aura de luz, caminas sobre nubes níveas,
con tu manto de alba pura.
auxilio de pecadores y enfermos,
eres vía sacra para llegar al cielo.
¿Cómo no podría ser santo tu inmaculado seno,
si albergaste al Hijo de Dios bueno,
si le diste la leche maternal
y tu sangre en el cordón umbilical?
¡Oh reina de la paz!
trae al mundo convulsionado la calma y el consuelo;
mira que somos tus hijos,
necesitados de tu compasión e intercesión.
Guíanos siempre con tu luz eterna,
a la casa celestial.
Edith Elvira Colqui Rojas – Perú

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