Cuando el sol oculte sus hilos dorados,
cuando su tez caiga desvelada,
por la llegada de la noche moruna
sin luna,
entonces
se habría cumplido la hora,
¡La hora!
Hora en que el pez muere agitado sin agua
en que natura huele a desierto polvo seco,
en que los árboles exiban su brazos quemados,
en que los ríos giman por la sequedad
y los glaciales exhalen sus últimos gritos gélidos
y la tierra llore en sangre...
Solo se oirán los gritos muertos de guerras
habrá desesperación angustia en las figuras,
Quizás nuevas enfermedades asolen.
Destrucción de biodiversidades
por los cambios climáticos.
El sol recalentará con su cabellos incendiarios
algunos no aguantarán su radiación.
Catástrofes cósmicas
sin mano humana
y otras con ayuda del hombre,
harán silenciar a la raza humana.
Un asteroide puede destruir nuestro planeta
si el hombre aún no lo ha destruído
con sus bombas y misiles...
Entonces el hombre aterrado ¡Edificará bunquer multimillonarios para protegerse!
vivirá bajo tierra
o en el espacio, buscando nuevos ecosistemas.
Pero ya nada será igual
la casa tierra
fue creada para el hombre en su orden natural
para que habite feliz
¿Qué animal o paloma sacado de su habitad sonríe contenta?
El cuerpo y el cerebro del hombre se altera en el espacio
Azota el riesgos de tener cáncer
por la terrible radiación que pulula.
Nuestro continentes se desordenarán.
Nada se salvará de la terrible catástrofe
marcada para el día final.
Surgirá con su boca voraz:
el hambre, los terremotos, maremotos, incendios, sed, terror...
Los hombres serán entonces
caso perdido
su voz y silueta se habrán extinguido.
Un hermoso jardín de Edén, la tierra,
con flores, animales y clima adecuado
será ahora
Polvo, humo desierto, fuego, roca olvidada,
Será nada,
¡Nada!
*Autora-Edith Elvira Colqui Rojas -Lima -Perú -Copyright ©
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