Madre, están talando el viejo sauce,
que hablaba en verde esperanza, en nuestra casa,
¡Mira como llora!
Están deshojando sus ramajes.
¡Madre, el eucalipto que nos cobijaba
cuando niños,
que fue testigos de nuestros
juegos infantiles, al pie del río,
también lo están cortando!
Madre, el ciprés vigoroso,
que adornaba nuestros parques,
también está muriendo,
¡Mira sus ojitos madre,
siento que me llaman suplicantes!
Madre, los cafetales, el cacao, los almendros,
los manglares están quemando.
Les duelen sus cuerpos verdes, madre,
a ellos, y a la tierra
que los necesita tanto.
Madre, ¿Qué le pasa al mundo?
los verdes maizales están quemando.
Y muere, muere el corazón del verde madre,
sin que tú y yo podamos hacer nada:
La minería ilegal, el cultivo de coca,
y el hombre con entrañas plagadas de dinero,
lo están acabando.
¿Por qué nadie defiende a los árboles, madre?
Ellos no hablan, no pueden defenderse solos,
solo lloran o mueren solitarios.
¿Quién repara el daño al medio ambiente?
si desnudo de hojas verdes lo dejamos?
¿Qué será del planeta, madre?
-Morirán en calentamiento global
indefectiblemente,
los hombres, plantas y animales,
sin ramas oxigenantes...
¡Cuánta gente muere defendiendo el verde, madre!
sepultados!¡Cuantas niñas explotadas sexualmente, en sus bocas oscuras!
¡Cuánta gente contaminada por los químicos empleados en este negocio!
No, no quiero ver esto madre,
llévame a otro planeta,
donde los hombres amen el verde
y se amen a sí mismos,
porque estos no saben, que destruyendo el verde,
se autoeliminan así mismos...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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