EN MI CUARENTENA
Estoy en cuarentena,
confinada, como un pájaro enjaulado,
y cómo un búho lloroso;
paso mis días, aquí, en la trinchera de mi hogar.
¡No me gusta el encierro, mis alas quieren volar!
pero sé que este aislamiento es necesario
para poder salvar mi pellejo.
Los días son monótonos, veo las calles desiertas, muertas,
las noticias estallan de miles de contagiados en el mundo,
hago una oración en silencio;
(Parezco un monje budista rezando mis letanías solitarias)
Desde mi soledad, tan sola,
siento la compañía de mis seres queridos que son mi paliativo y mi fuerza.
Todas las mañanas como valiente guerrera, frente al virus, desinfecto recovecos,cocino, lavo,
y me ciño la pluma, para luchar también con mis letras.
Este vil virus ataca sin piedad
¡No hay qué darle tregua!
En mi encierro, ha cambiado mi modo de ver el mundo:valoro más la vida, la libertad.
Soy consciente que el propio hombre destruye su hábitat.
Lloro una humanidad materialista que va camino al cadalso.
Estoy en cuarentena,
y lo confieso, ¡tengo miedo,
¡No sé hasta cuando se propagará el virus!
Si recrudecerá con más fuerza, si veré más muertos, ¡tan cerca!
Me he confesado antes de este encierro,
si muero me voy limpia de pecado,
pero temo por los míos
y además, cuando la muerte llega, cuando se la siente ¡ tan cerca!
Resulta, que nadie está tan preparado como creía.
Respiro profundo,
encomiendo mi alma al cielo,
rezo por los fallecidos y los agonizantes.
Necesito entrar a la casa interna de mi alma
y pedir al altísimo, conformidad, valor,
si toca sus tentáculos mis puertas o la de mis familiares.
Autora: Edith Elvira Colqui
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