Túnel de paz
Ayer
soñé un túnel de paz,
recubierto
por varias puertas de follajes verdes.
Yo
iba hacia ella,
al
son de violines celestiales y pianos mágicos.
Larga
era la vía,
para
llegar a su último tramo.
Penas
y trabajos, dejaba en cada pisada;
iba
desnuda sin nada,
solo
con los pedazos de mi alma solitaria.
Allí, en su puerta final, pequeña,
me
esperaba una luz radiante.
Todo era gozo y felicidad en su ciudad empírea,
no había penas, ni trabajos, ni zozobras,
la rodeaba un remanso de paz infinita,
y luego, se cerraba esta última puerta del túnel verde.
Yo estaba sola, temblaba,
me sentía niña, un poco turbada en sus umbrales
y caí en la cuenta:
¡Al
fin llegué a mi morada celeste!
Y
vi entre sollozos de alegría: el rosto de mi madre,
¡Estaba tan bella y radiante!, ¡no tenía las secuelas del cáncer!
Mi corazón lloró;
mi alma de gozo inmenso se impregnó,
la abracé, la besé,
ella en su ser incorpóreo me sonreía con ternura.
Autora:
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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