LA CATRINA COQUETA
La catrina coqueta
se ha vestido con minifalda
y lentejuelas;
enseña las calancas
y los fantasmas le silban
embelesados.
La huesuda
se hecha sus polvos,
su lápiz labial,
su sombrero de altas plumas,
y camina por la calle muy
ufana.
Se le ve muy lozana,
¡Casi viva!
nadie pensaría que está muerta, la ladina.
Acicalarse es la fórmula que ha
encontrado
para atraer a sus fauces a los
incautos
y llevárselos de vacaciones al
Acapulco de las ánimas.
¡Ah esta muerte coqueta!
Va contando sus víctimas como
monedas.
Así le pasa al que se
deja impresionar por las cáscaras de las apariencias:
queriendo deleitarse,
encuentran a veces la muerte.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos reservados
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