Un sol blanco siempre brilla en el lote de los justos
y aunque su camino a veces se tiña de grises
sus cabellos siempre retozarán lozanos,
porque han puesto su confianza en la preciada roca.
Soportad con paciencia el yugo,
las molestias, las enfermedades y dificultades,
y el arroz de la hartura recibiréis.
Él es la roca fiel,
de la rosa de la misericordia no se olvida,
tampoco del color de su amor.
Apégate a la roca
y despuntará tu luz,
blanca, resplandeciente, poderosa.
Siéntate en el banco de los inteligentes,
pues a su lado nunca quedarás defraudado.
¡Tú que pusiste tu esperanza en el señor!
Al final de tus días
la roca estará contigo, alentándote,
mimándote,
curando tus heridas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas— Perú-Derechos reservados
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