
En estas tardes arreboladas,
donde muere el ocaso,
y el ave termina su vuelo,
miro el cielo,
y busco tu imágen,
en voces del viento,
que hoy sólo son,
vacío inerte.
Esas voces son las mismas,
que me decía te quiero,
en estas tardes llenas de recuerdos,
de secretos de amor,
de palabras tiernas, entre tú y yo.
Muere la tarde,
muere la esperanza
de volver a verte.
¡Oh, tardes fraganciosas
calladas, sufridas sin voz
de alegres pájaros,
de dormidos recuerdos,
devuélvanme la ilusión
devuélvanme la alegría!.
Hoy no está él,
y mi alma llora de triteza,
allá escondida,
en la maleza,
encima de una piedra,
que no habla y
llora en silencio,
sola...
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