Se me quiebra el alma con tu olvido,
se me deshoja la vida en descontento,
pecesitos rojos me susurran tu nombre,
mi corazón es ya ángel caído.
Mis ojos se deshacen,
en lágrimas cuarteadas,
sus pañuelos se acaban.
Amor,
tu olvido,
me ha lacerado el alma,
la hace sangrar....
¿Cómo pudiste dejar de amarme?
¿En qué momento sucedió?
En qué barcas, huyeros nuestras promesas doradas,
¿Qué olas las quebrantaron?
¿Cuándo se ahogaron?
¡Dímelo, dímelo por favor!
Aquí me tienes,
arañando tu olvido,
mirándole fíjamente a la cara.
Él tiene los ojos llorosos,
yo le he secado sus lágrimas rotas,
y nos hemos abrazado...largamente.
Tu olvido me sabe a fruta agria,
no lo quiero,
no lo acepto.
Tu olvido,
me desangra, me destroza,
me hace un hilo, indefenso,
cual niña asustada.
¡No lo puedo comprender!
Visítame, en almas de recuerdos,
visítame si quieres, en un hasta luego,
pero no me digas,
nunca,
que ya, no me amas.
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