Bebí la copa de oro,
La que tiene los rubis y diamantes incrustados.
De pronto.Sentí escalofríos y vómitos
Se me retorcían los intestinos.
Me convertí en un ser monstruoso
Sentí que se desgarraba mi espalda y me crecían alas
Y unos colmillos filudos rodearon mi boca.
Desde donde lanzaba fuego calcinante.
Mis ojos se desorbitaron.
¡Entré en éxtasis!
Sentí retorcijones por todo el cuerpo,
Y poco a poco,
dolorosamente,
mi cuerpo,
se desdoblaba en dos partes.
Una parte conservó la imagen del monstruo,
y la otra se hizo un ángel brillante.
La eterna dualidad del bien y el mal
Habitando en mi cuerpo...
**Autora:Edith Elvira Colqui Rojas- Perú
(1/05/2016)
No hay comentarios:
Publicar un comentario