El tiempo se deshace en nebulosas sombras.
Se quema,
se quema el tiempo,
y no regresa el pasado ya muerto.
Quisiera detener sus agujas en mis dedos hechizos,
quisiera borrar sus mapas de mi cuerpo
y de mi espacio,
pero él implacable caballero avanza a tropel agigantado
con sus espuelas de plata que no perdonan nada.
Juventud, dinero, fama
se ahogan en sus aguas evaporadas.
Del pasado anciano no queda ya nada.
¡Tiempo muerto,
tiempo yerto,
velando estoy tus agujas añejas!
En un amor de antaño
me dejaste marcada,
ansiando en mis noches oscuras
sus guirnaldas de pasión colorada.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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