En mi desván desvelado,
oigo una voz nívea que me pregunta,
¿Por qué eres poeta?
¿Por qué eres poeta?
Y decidida le contesto:
Soy poeta porque Dios lo quiso así.
Porque los versos saltan solos en mi mente sin que
los busque o secuestre.
Porque la poesía es mi savia, mi vida, mi oxígeno
latente.
Porque amo la vida,
y le quiero escribir a ella, en todos sus matices.
Me hice poeta porque creo que puedo cambiar el
mundo con mis letras:
Cada poema es un cincel reflexivo o un lecho de
amor inspirado.
Soy poeta porque me gusta volar con mi pluma,
descubrir mundos diversos,
y calar en las almas de los lectores con mis
metáforas y rimas aladas.
Soy poeta,
¡Porque quiero ser voz de los que no tienen voz!
Soy poeta porque me gusta enamorar corazones
y encender la chispa de los sentimientos.
Porque me gusta usar el dedo de las letras
para evidenciar las amargas injusticias sociales.
Porque puedo ser agente de paz en este mundo convulsionado
con mi mística pluma blanca.
Soy poeta porque veo en todo lo que huelo y lo que toco, el trinar alegre de la poesía.
Porque amo la vida plenamente,
y la vivo verso a verso, latido a latido.
Soy poeta,
porque no sé hacer otra cosa mejor.
No tengo fortuna,
tampoco inmensos laureles de gloria.
Solo sé que ser poeta me hace muy feliz.
Por eso quiero vivir en mar diario de poesía,
¡Tocar con mis liras de Erato dulces armonías!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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