Mi abuelo me regala estrellas
En la orilla de la playa
estaba aburrido y apenado; triste porque mi madre por romper su florero me
había regañado, y aburrido, porque mis amigos habían viajado por vacaciones de
verano
y cómo mi padre había
muerto tan solo hace un año, me senté solitario en el muelle con mi pato Frank.
Cavilaba como todo niño
confundido y apesadumbrado cuando no tiene con quien jugar, pero era sábado y
mi abuelo Dionisio estaba de visita, me estaba buscando por la ciudad y me
encontró en el muelle y me dijo: ¡Qué hace mi nieto Juan Alvarado, mi
niño adorado, solito, pensando mirando el mar callado! ¡Mira, estrella de
ilusiones te he reservado! Funcionan con electricidad las podemos enchufar al lado
de la mesita de tu cuarto.
Entonces salí de mi letargo y
modorra y le dije que bueno que llegaste abuelo adorado, pero dime abuelito ¿De
dónde sacaste esas estrellas tan luminosas y hermosas?
-Juancito estas
estrellas luminosa son mi regalo de cumpleaños
-¿Y para qué sirven abuelo
querido?
-Estas tres estrellas son
para que nunca pierdas la esperanza y la alegría, nieto querido, las pondrás en
tu mesita de noche y cuando las veas recordarás las palabras mías: “Nieto
querido nunca borres la esperanza de tu alma, detrás de cada noche siempre
espera un nuevo día iluminado"
- ¡Ay abuelo querido que gran
idea, qué bellas estrellas brillantes que me animan a seguir mi vida solitaria
ilusionado.
-Les pondré su nombre: una se
llamará estrella de la esperanza y nunca se apartará de mi lado, la otra
alegría y la tercera paciencia. ¡Sí, sí me encantan y alegran!
Y el abuelo contento de haber
a su nieto Juan alegrado, lo abraza con ternura y le da un beso tierno y
almibarado.
Juan se siente contento con
sus nuevas acompañantes pero la que mas le gusta es su estrella esperanzadora.
Todas las noches mira su
estrella favorita y al Dios del cielo agradece, por su madre, por su abuelo y
acepta su realidad de ser huérfano de padre, pero
se regocija por tener un abuelo que le aconseja con cariño acendrado
y cubre la ausencia honda que su padre le ha dejado luego del accidente que
tuvo en su carro cuando se dirigía a su trabajo.
Autora:
Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados ©
Prohibida su copia total o de
tema o fondo en prosa o verso
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