¡Adoradores del dinero, vengan, ríndanse!
Su Dios dinero está aquí.
Hínquense ante vuestro Dios:
Su líder, su directriz.
No importa las dignidades ajenas,
no importa pisotear los pastos de los demás,
no importa si les sobra el dinero y se les sale por la narices,
¡Venga arrodíllense y pidan más y más!
Sean cerdos cebado de codicia,
maten honras con las sobornos,
no importa si con tus actos sufra o muera mucha gente,
no te interesa, si contaminas, si perjudicas, si matas a alguien o dañes su dignidad.
No importa si el planeta se destruye,
¿Total, qué más da?
La vida está en acumular y cumular,
aunque no se tenga tiempo para disfrutar, ni gastar.
¡Vamos mucho dinero a fabricar!
¿Y la convivencia con la familia?
Qué se compre con monedas también,
no hay tiempo para esas banalidades.
A estos adoradores del dinero,
sus ojos les brilla cada vez que ven monedas,
afilan sus uñas para conseguirlo como sea.
Es la sociedad mercantilista
la que debe triunfar.
¡Amontonan más dinero y dinero!
Hasta vomitar.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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