Mi alma blanca solitaria,
se sienta en la soledad de un otoño lánguido,
acaricia solo hojas secas de nostalgia,
lamiendo su soledad de piedras muertas.
En su jardín de tulipanes se refugia
buscando paz,
buscando un rayo de sol que le abrigue las ansias;
estas locas ansias de no ser existencial.
Mi alma trepa las piedras como las hiedras
y no encuentra un hombro de consuelo,
¡Es tan frío este mundo!
Solo escucho la voz de los troncos secos
zumbando en mis oídos:
"Hoy te toca beber los vasos de la inmensa soledad"
Y yo solo atino
a silenciarme
y esperar que pase este invierno crudo en mi corazón.
Autora: Edith Elvira Colqyui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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