Una voz de agua
grita,
grita a los peces varados secos, a los arrecifes, corales, conchitas, hongos...
¡El mar, el mar se seca!
Agoniza por la caza indiscriminada,
grita a los peces varados secos, a los arrecifes, corales, conchitas, hongos...
¡El mar, el mar se seca!
Agoniza por la caza indiscriminada,
y por la contaminación, se oxida.
Si no hay peces,
si no hay arrecifes y corales donde habiten los seres oceánicos,
el mar morirá como fuente de vida.
La muerte de hongos, conchitas y demás
será una realidad.
Hombre, Hombre... ¡Salvemos el mar!
Ya basta de contaminar,
por monedas, no mates los peces (en caza indiscriminada)
Si no hay peces,
si no hay arrecifes y corales donde habiten los seres oceánicos,
el mar morirá como fuente de vida.
La muerte de hongos, conchitas y demás
será una realidad.
Hombre, Hombre... ¡Salvemos el mar!
Ya basta de contaminar,
por monedas, no mates los peces (en caza indiscriminada)
Te puede salir muy caro.
Deja reproducir a los peces.
Son alimento en tu mesa,
un alimento natural.
Se avecina un futuro aciago,
se torna el mar en negro,
mueren los peces en el agua,
una marea negra contaminante
las mata.
Deja reproducir a los peces.
Son alimento en tu mesa,
un alimento natural.
Se avecina un futuro aciago,
se torna el mar en negro,
mueren los peces en el agua,
una marea negra contaminante
las mata.
Llora el mar sus hijos muertos.
Llora su crucifixión,
Mar convertido en erial,
¡Hecatombe total!
¿Y ahora quién nos va alimentar?.
Buscaremos saciar el hambre en los frutos del campo
pero, ¡Oh, sorpresa!
Estos han corrido, la misma suerte, que el mar.
*Autora: Edith Elvira Colqui Rojas – Perú-
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