EXTRAÑO MI
NIÑEZ
Extraño mi
niñez de antaño donde todo era
lirio puro y candor de palomas.
Jugábamos con muñecas,
salta sogas y a las escondidas
a veces con las latas de leche corríamos
en el juego llamado kiwi.
No había tantas computadoras, ni celulares.
Había más diálogo con la familia.
Mi padre nos enseñaba a cantar canciones
populares.
Mi madre me enseñaba las labores de la cocina,
la limpieza, el tejido y el bordado.
Y cuando había una fiesta
tomábamos chicha y dulces,
y contentos bailábamos música para niños
de Yola Polastri.
Extraño mi niñez llena de canastos de amor,
en que mi padre me cargaba en el aire
y me engreía con bombones cuando trabajaba
lejos.
Extraño los consejos de mi madre
"Niña siéntate bien, arréglate el vestido,
no digas esas palabras"...
Extraño mi casa antigua
frente a ese hermoso parque,
donde jugaba hasta las seis de la tarde
con mis amigos del barrio.
Extraño a amigas con las que bailaba como Yola
Polastri;
los juguetes de antaño: La cocinita, los
platitos de plástico.
Extraño los juegos de yaces con pelotita de jebe
en la hora de recreo en mi colegio.
Extraño jugar vóley al frente de la casa de mis
padres.
¡Ah, niñez dorada!
Tus hojas de antaño ya no volverán,
pero quedarán grabadas para siempre
en las paredes de mi corazón.
Sus mariposas recuerdos nunca se apartarán de mi
mente.
Son mi tesoro dorado
que me acompañarán hasta la tumba.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-derechos reservados/copyright ©
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