Paloma blanca de paz,
das de comer al pobre
de tus manos, de tu corazón.
En la India lloró tu alma,
la India velo tu muerte.
Diste la vida por niños, por jóvenes pobres y enfermos.
El calor de hambre sanan tus manos,
el calor de amor también,
tu corazón entero a tu ideal,
tu corazón entero para los desposeídos,
y aunque las fuerzas el vigor juvenil te falten
tienes la fuerza de un ciclón.
Madre Teresa,
eres ejemplo que me embelesa,
muchos quieren apagar tu virtud, tú entereza,
con críticas con obstáculos;
los mismos que ni con un dedo harían lo que tú hiciste.
Madre Teresa de Calcuta,
en el cielo
te cantan como pajaritos
esos niños que diste de comer;
esos enfermos que atendiste con tanto amor.
Eres luz, ejemplo
para la juventud:
Gastar la vida en amar,
en consolidar la virtud.
Eres pequeñita de estatura,
pero grande en caridad.
Tu sonrisa no se borra
con tanta fatalidad.
Sufres con el pobre,
ríes con ellos,
¡Ya eres uno de ellos!.
Tus alas blancas un día llegaron
al cielo,
y en la tierra tus huellas,
nobles ejemplos dejaron.
El cielo grita contento, en esplendores,
eres Teresa,
¡Teresa de los pobres!
das de comer al pobre
de tus manos, de tu corazón.
En la India lloró tu alma,
la India velo tu muerte.
Diste la vida por niños, por jóvenes pobres y enfermos.
El calor de hambre sanan tus manos,
el calor de amor también,
tu corazón entero a tu ideal,
tu corazón entero para los desposeídos,
y aunque las fuerzas el vigor juvenil te falten
tienes la fuerza de un ciclón.
Madre Teresa,
eres ejemplo que me embelesa,
muchos quieren apagar tu virtud, tú entereza,
con críticas con obstáculos;
los mismos que ni con un dedo harían lo que tú hiciste.
Madre Teresa de Calcuta,
en el cielo
te cantan como pajaritos
esos niños que diste de comer;
esos enfermos que atendiste con tanto amor.
Eres luz, ejemplo
para la juventud:
Gastar la vida en amar,
en consolidar la virtud.
Eres pequeñita de estatura,
pero grande en caridad.
Tu sonrisa no se borra
con tanta fatalidad.
Sufres con el pobre,
ríes con ellos,
¡Ya eres uno de ellos!.
Tus alas blancas un día llegaron
al cielo,
y en la tierra tus huellas,
nobles ejemplos dejaron.
El cielo grita contento, en esplendores,
eres Teresa,
¡Teresa de los pobres!
*Autora-Edith Elvira
Colqui Rojas -Lima -Perú (derechos reservados)
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