El 2018 se va con sus campanadas tristes
se va con toque de nostalgia porque en ellos
se fue la voz de mi madre.
Lo tuve todo sí, un poco de salud, éxitos en mi carrera,
muchas alegrías,
pero faltó la voz de mi madre amiga:
la voz de la eterna consejera.
¡El amor de madre con nada se compara!
Amor desinteresado qué tanto degustaba!
Adiós 2018,
con tus luces dulces y tus frutas amargas,
Bienvenido 2019 de esperanzas nuevas.
Un nuevo comienzo siempre renueva
una nueva luz siempre reverbera.
Bienvenido año nuevo
con tus capas de ilusiones nuevas,
¡Qué se vaya todo lo malo con sus cometas!
De la mano de Dios
aceptaré mi destino,
el nuevo año estoy segura
que con buen pie camino.
Autora:: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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