La daga atraviesa, con suma certeza
el alma sufrida, de amor recubierta
y deja su marca de magra tristeza
¡Amar cuesta mucho, su flor desconcierta!
Sumida en su llanto, nos muestra su pieza,
exhibe en sus orlas la pena desierta
de niño asustado con tez de flaqueza;
¡Amor solitario, con cara incierta!
Es daga que agita, su negra rudeza,
buscando al amado con puerta cubierta,
pues nunca se olvida su fina terneza,
¡Perder al amado, su señal de alerta!
Amar es hermoso, con suma belleza,
si solo buscamos querer sin reyerta,
quien ama de veras, es alma que acierta,
así se le muestre su larga crudeza.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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