¡Ah, pequeño niño,
hombre pequeño de papel!
comprende ya,
que no eres invencible.
Hay fuerzas que no puedes
controlar,
hay situaciones que te aplastan,
y solo, con ellas no puedes.
Invoca a la fuerza superior,
invoca a tu Dios.
Él te dará sabiduría,
templanza y fortaleza
en el día que el sol se muera.
Somos polvo,
nada y otra vez nada.
Como hierba fresca que
luego se seca.
La vida del hombre es un soplo,
una quimera,
un sueño pasajero.
Un día estás y mañana
desapareces.
Tienes que disfrutar la vida
con creces
Gozarla en sus días gratos y en
su reveses.
La fruta cae del árbol
es disfrutada y cierra su
ciclo.
Nuestra vida
debe ser así saboreada,
degustada en todos sus jugos
luego podemos descansar ya
tranquilos,
¡Qué venga la hermana muerte!
La recibiremos en paz,
porque los colores y sabores de
este mundo están bien disfrutados.
No tememos la muerte si están cumplidos nuestros sueños.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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