FLORA (prosa)
Esa noche de verano, Flora no podía conciliar el
sueño, como otras veces, se levantó, tomó un vaso de leche y se puso a leer.
Con el transcurso de las horas le vino el cansancio,
comenzó a cabecear y al fin se quedó profundamente dormida en su sofá.
En sus sueños se veía sentada al borde de una ventana
conversando con las estrellas de la noche y al levantar la vista
hacia arriba observó una estrella grande muy luminosa a la que le contaba que
en la tierra no era feliz, qué el amor se había ido, que las amistades le
habían fallado; si había algo mas allá de esta vida terrena, y la estrella
naranja gigante le respondía - Hija este mundo terreno es limitado, efímero, se
acaba la juventud, la belleza, los amores, todo fenece. Tú debes resolver con
serenidad los embates de la vida y con suma calma aceptar esta realidad. Aquí
al alto cielo, quizá algún día llegues; mientras tanto, sigue tu carrera en
esta vida, hasta que al finalizar tu tránsito terreno, llegues a este cielo, donde
descanses de penas y seas completamente feliz como tu alma anhela-
Y Flora entonces escucha una voz que le taladra
los oídos:_ ¡Flora hija levántate que tu jefe insistentemente llama, dice si
vas a ir a la oficina! _ y Flora media desencajada despierta, toma su desayuno
y emprende el camino a su trabajo, ahora ya mas tranquila, porque en su mente
flotaban las palabras de su estrella naranja que le alentaban a recorrer con
valentía, el camino monótono, agreste de la vida.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
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