El gato que
quería tomar café
Erase un gatito hermoso y anaranjadito
bastante ilusionadito.
Se lanza por el tejado, muy acondicionado,
busca ventanita donde entre su colita
y poder disfrutar, muy osado; de un café africano.
Este gatito no sabe su final inesperado,
sólo en el placer ha pensado.
Ya entra sigiloso a la cocina primorosa,
con sus patitas abre repostero amarronados,
saca la latita y se sirve en su tacita,
y toma desesperado a borbotones el manjar tan deseado.
El ágil ruido despierta a la dueña de casa,
quien trae escobita, que tocará duro su cabecita.
bastante ilusionadito.
Se lanza por el tejado, muy acondicionado,
busca ventanita donde entre su colita
y poder disfrutar, muy osado; de un café africano.
Este gatito no sabe su final inesperado,
sólo en el placer ha pensado.
Ya entra sigiloso a la cocina primorosa,
con sus patitas abre repostero amarronados,
saca la latita y se sirve en su tacita,
y toma desesperado a borbotones el manjar tan deseado.
El ágil ruido despierta a la dueña de casa,
quien trae escobita, que tocará duro su cabecita.
¡Pobre mi gatito esta medio desmayado!
Por placer ha venido y
ha quedado mal herido.
(Por no ser precavidos, muchos errores hemos cometido).
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