Era un perro que siempre peleaba con el gato de la casa
no se podían ver ni en pintura,
pero resulta que un día el perro que tanto odiaba al gato
le aquejaba una enfermedad grave y el gato al ver que el perro ya no le correteaba con ira como siempre
va al cuarto del perro donde estaba en una cesta tirado y le trae agua y así todos los días lo hacía, para calmar su sed.
A lo que el perro le dijo: ¡Oh amigo gato yo siempre mal te trato y tú me traes agua! y ¿por qué lo haces?
A lo que el gato contestó:
Amigo perro al enemigo cuando está mal o enfermo hay que darle tregua, además viéndote a ti he entendido, que no somos eternos y quizás algún día sea yo el enfermo.
y cuando el, perro sanó se hicieron muy buenos amigos.
no se podían ver ni en pintura,
pero resulta que un día el perro que tanto odiaba al gato
le aquejaba una enfermedad grave y el gato al ver que el perro ya no le correteaba con ira como siempre
va al cuarto del perro donde estaba en una cesta tirado y le trae agua y así todos los días lo hacía, para calmar su sed.
A lo que el perro le dijo: ¡Oh amigo gato yo siempre mal te trato y tú me traes agua! y ¿por qué lo haces?
A lo que el gato contestó:
Amigo perro al enemigo cuando está mal o enfermo hay que darle tregua, además viéndote a ti he entendido, que no somos eternos y quizás algún día sea yo el enfermo.
y cuando el, perro sanó se hicieron muy buenos amigos.
*Moraleja: Hay que estar bien con el enemigo uno no sabe si necesitará de su servicios.
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