A veces hay tristezas
que se clavan
como estocadas en el alma,
que la ahogan y no la dejan respirar.
como estocadas en el alma,
que la ahogan y no la dejan respirar.
Laberintos sin sentido de un ir y venir sin fondo
y buscas la salida, la explicación y no la encuentras.
Pareciera que la noche encarceló a la luna
y el cielo secuestró al sol,
¡Son las tristezas del alma!
Ondas grietas de dolor
que no se curan con amigos, hospitales ni llamadas.
Sólo queda el consuelo de un silencio amable
y la luz iluminada
de una mañana resucitada.
Autora Edith Elvira
Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados
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