Tú, mi amor divino, que mueves
las indescifrables
alcuzas de mis ser,
que tan recio me atas
a tu cintura de deseos
en tu tez angelical.
Que diestro ocupas
todos los espacios
de mis alma.
Y que me conoces
¡Toda, toda completa!
Inyéctame el veneno de tus besos,
quiero ser de tus sortilegios presa.
Un gemido entre tus deseos.
Oh, tú, mi colibrí
enamorado
¿Dónde habita tu piel?
¿ Dónde se posan,
tus patitas delicadas?
Yo te amo con desespero,
¡Ven, amado!, que muero
sin tus besos
de caramelo.
Quiero disfrutar de tus galas,
quiero sentirme viva
entre tus brazos.
Amor divino,
que siempre repose
en tus telas suaves,
mi amor acendrado.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/copyright
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