Dejad que los niños vengan a mí
Dejad que los niños vengan a mí
Enseñaste
Jesucristo,
Admirado maestro,
Divino rosal.
Quisiste ver niños felices
Universo de bondad
Estrella del bien.
Los niños se acercan a ti,
Ostias puras son,
Su alma tan blanca
Nos enseñas a copiar.
Ideal de cristianos
Niños del mundo,
Obeliscos de ternura
Son la luz de la inocencia.
Venid a mí niños del mundo
El maestro exclamó:
Nos enseñan
Ganarnos el cielo con su
ejemplo
Almas puras ser, no mentir,
No tener doblez.
Amor necesita el mundo
Mi Jesús albo cordero nos
enseña,
Inmensa ternura y bondad con
los niños.
Autora Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
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