Henchido el corazón de gotas de rocío de ternura,
camino hacia ti, madre bendita,
alborozada y agradecida.
Liberada del jubón de los prejuicios,
te exalto con amor y ternura, madre mía,
¡Mi alabastro de fortaleza y bien!
Con guirnalda de flores celestiales,
coronaré tu cabeza
como la mas bella princesa,
¡Oh madre santa de bondad!
Porque fuiste
mi ejemplo,
mi sol, mi bello firmamento.
Porque te donaste,
en sangre roja de amor sacrificado;
¡Hoy tus hijos emocionados
a tu tumba hemos llegado,
tu santo recuerdo hemos honrado!
Abrazados todos, hemos llorado...
¡Se fue al cielo, nuestro ángel dorado!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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