EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
En el huerto de los olivos
mi Jesús derramó gotas de
sangre,
desconsolado y asustado, como
un pájaro solitario en el tejado.
Pide a su padre que del
sufrimiento le libre,
gimen los olivos,
la tierra llora con él,
pero sus discípulos se han
quedado dormidos.
En el huerto de Getsemaní
Mi olivo verde parecía que se
quebraba su fe,
pero en su oración férrea
insistía
y un ángel del cielo le
fortalecía.
Allí vimos la humanidad de Cristo
en toda su gama.
Solo mi Jesús
asumirá el suplicio y la saña
de sus enemigos,
piedad fortaleza pide a
su padre del cielo:
¡Padre si es posible pase de
mí este amargo cáliz!
Ya vienen a apresarlo y el manso cordero no se defiende,
ni deja nadie le
defienda,
sabe que ha llegado su hora,
sabe que es parte de su
misión del cielo,
y que solo entrará en la
refriega,
y en muestra de gran bondad
dice:
¡Jesús soy yo dejad ir a
estos!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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