Te vas amado,
y te llevas las cintas
de mi corazón rasgada entre tus manos;
las infinitas horas de amor
que pasamos juntos extasiados.
¡Júrame que mantendrás mi nombre
en tu pecho grabado!
Júrame que ninguna lejanía borrará
las huellas
nuestro idilio acendrado.
- Amada,
juro que tus organzas de amor
siempre batirán sus vuelos en
mi mente,
que la llama de tu cariño
me acompañará donde esté
diariamente.
Te dejo estas rosas rojas,
rosas que te hablarán de mi afecto
en cada uno de sus pétalos matizados.
-Amado,
tómame de la cintura
y hazme volar al país del
amor conjugado,
en donde se baile la danza del amor ferviente, fiel
en donde se baile la danza del amor ferviente, fiel
y miles de mariposas exulten al
ritmo de nuestros besos blancos.
-Volaremos amada,
en último viaje de encuentro
ansiado,
y a mi regreso, te colmaré de
guirnaldas de besos
y seremos un hogar pleno consumado.
-Amado,
El tren ya se acerca y mi
alma muere desolada,
de pena y dolor mis lágrimas
se acrecientan,
¡Dame valor en el perfume de
tus aladas promesas!
-Animaré tus desvelos
en el jardín de mis besos;
regresaré pronto querida
y sanará tu herida.
Confia en mí, ¡Yo te amo mi vida!
Confia en mí, ¡Yo te amo mi vida!
-¡El tren ya se acerca,
y se lleva los rayos
luminosos de mi amado,
yo me quedaré solitaria como
pájaro en el tejado.
¡Buena suerte cariño,
buen viaje mi cielo dorado!
Recuerda que aquí siempre te
espera
tu Penélope amorosa en vestidos de alerta.
-Adiós
mi rosa blanca de
armiño,
te dejo los sabores
de mi amor sincero de buen
aliño
¡Mil lejanías no matan el verdadero cariño!
¡Mil lejanías no matan el verdadero cariño!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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