JESÚS Y LA VERÓNICA
Luego de ser maltratado mi
cristo llagado
con gran misericordia es
consolado
por la Verónica, mujer buena y valiente,
que le limpia el rostro
lloroso, sudoso y ensangrentado.
¡Cuánta maldad del mundo en
su cuerpo ha soportado
mi cordero inmolado!
Pero en medio de tanto dolor
a todos ha perdonado.
La Verónica se conmueve ante
el rostro maltratado
del señor
y le regala a su Dios amado,
su flor de amor.
El lienzo ha quedado marcado
con su rostro desfigurado,
Sin miedo a los guardias,
¡Una mujer buena, el rostro
de Jesús ha limpiado!
Su corazón blanco no ha
entendido
¿Qué mal ha hecho este hombre
para recibir tanto castigo?
Y en sus ojos las lágrimas
cómo niños han llorado.
Ella nos enseña ayudar a los demás sin miedo,
especialmente al sufrido y maltratado.
Ella nos enseña ayudar a los demás sin miedo,
especialmente al sufrido y maltratado.
Autora: Edith Elvira Colqui
Rojas-Perú-Derechos Reservados
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