Absorta en tus delicias de viñedos,
me pierdo entre las luces de tu día,
en ti no existe duda ni los miedos;
eres mi portentosa luz y guía,
me dejo seducir por tus enredos,
yo por nada, jamás te cambiaría,
¡Rompiste las murallas de mis credos!
Tú llenaste mi vida de rosales
y al fin me pude hallar en tus cristales.
Yo bebo en tu horizonte las dulzuras
que infinitas me embriagan presurosas,
son bello terciopelo tus ternuras,
como perlas muy finas y valiosas;
que besan con dulzura mis figuras
con sus diversas gamas deliciosas,
¡Ven rey esplendoroso hasta mis veras!
Tú tejes las albricias verdaderas.
Clavel primoroso, ven a mis valles,
que tu azucena blanca te reclama:
yo no puedo vivir sin tus detalles,
¡Ay cuánto ansío el fuego de tu llama!
y deambular feliz en tus detalles;
dormir en los cipreses de tu rama
como mi natural estancia bella,
¡Disfrutar de las luces de tu huella!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
Octava real. La octava real es una estrofa, propia del Renacimiento, de ocho versos endecasílabos (once sílabas) con rima consonante y el siguiente esquema de rimas: 11A 11B 11A 11B 11A 11B 11C 11C.
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