AÚN TE SIENTO, MADRE MÍA
Madre mía;
agosto te llevó ligero en sus barcas,
y los gorriones de la nostalgia,
en mi habitaciónn se han posado.
Madre, tú no sabes
¡Cuánto vacío de hielo frío
me has dejado!
¡Y cómo,
en la silla del dolor, rendida me he quedado!
Bandadas de lágrimas he derramado;
mascullando tus recuerdos...
Madre,
agosto todavía gime en mis cortinas,
siento, sus vientos fríos que rozan mi alma.
¡Cómo fantasmas!
Sí, madre yo siento tus pasos vivos,
en esa habitación
que fue tuya:
oigo tu voy de ternura, que me llama: ¡Elvira, Elvira...!
Siento tus manos algodón acariciándome,
y puedo ver,
tus ojos brillantes llenos de bondad.
¡El cáncer,
el cáncer no pudo vencer tus alas!
Madre, tú no has muerto.
Te quedaste cocinando recuerdos en mi alma.
En ese cuarto de antaño,
¡Tus pisadas hablan!;
¡Yo tu voz, la siento muy clara!
Aquí levitan tus recuerdos,
en nubes difuminadas...
Tu presencia se ha prendido en mis trajes,
y yo, la dejo habitarme.
¡Necesito sentirte viva, para sobrevivir!
Y soportar,
el calvario fúnebre de tu ausencia
que me hiere con sus espinas afiladas.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/ safe creative
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