No estás y
Las ventanas de mi alma,
se deshacen en vidrios rotos.
Miran el horizonte negro azabache de tu ausencia.
¡Lloran en quejidos de soledad!
Ya se deshacen en agujeros diminutos,
los últimos recodos de esperanza.
Y tú no llegas...
Amado, ¿dónde estás?
Mi alma vaga, solitaria, errante;
y sobrevive,
entre lunas que se ahogan en recuerdos
y en sillas de inmensa soledad.
¿Amado, cuándo vendrás a mí?
¡Todo huele a vacío sin ti...!
Quiero soplar
las plumas de tus recuerdos al aire,
¡Qué se vayan por fin¡
Pero empecinadas regresan otra vez,
y creo verte llegar,
por nuestras calles de siempre:
siento, que acomodas mis cabellos,
que me das un beso en la frente.
Siento, tus besos tibios,
tus caricias plenas de ternura
que se van deslizando entre violines de nostalgia
y cánticos de ángeles,
en un ambiente de ensoñación celestial.
Pero, te quiero tocar.
¡Y desapareces!
Me doy cuenta, entonces, ¡Oh cruel realidad!
Que lo mío,
era solo un triste desvarío,
una alucinación.
Esos fantasmas de tus recuerdos
que no se cansan de azotarme, cada noche,
¡Sin piedad!
Me cuesta aceptarlo,
¡Te fuiste amado!
Y ya no volverás.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados/ copyright ©
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