ATADO
Atado en noche lóbrega sin luz,
entre mil cuerdas amordazado.
Me siento casi derrotado,
mis brazos ya no pueden defenderme,
me sostengo en un solo pie.
Bebo el cáliz de la agonía,
muerdo el polvo del desconcierto,
y ese único pie que me sostenía,
para que no caiga,
se está hundiendo en el fango,
y decrece con el tiempo mi vigor.
¡Ay de mí pajarillo asustado!
¡Ay de mí alma sin luz!
¿Dónde están los que me ataron?
¡Qué den la cara!
¡Que muestren su voz!
Quisieron cortar mis alas,
y abatir mis sueños
pero mi alma es libre, libre como el viento o el sol.
¡Nadie la ata con cuerdas,
con cárceles,
ni mordazas!
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
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