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Busco peces con plumas doradas comprometidas, peces con zapatos de tierra... Este poema lo podéis seguir leyendo en las plataformas que siem...

martes, 10 de septiembre de 2019

EMILIA EN LAS NUBES DEL AMOR

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EMILIA EN LAS NUBES DEL AMOR- Relato

Ella era una típica joven que vivía sola en un apartamento del centro de la ciudad.
Había dejado a su familia allá en México y se había ido a vivir a New York. Era alta  delgada, con una figura bella, de buena educación y mentalidad abierta.

Emilia era modelo y como toda modelo, cuidaba mucho su alimentación y su arreglo personal, había tenido enamorados ocasionales pero nunca se había enamorado, pues buscaba un tipo que se amolde a su tipo de vida, la acepte como ella era, no sea celoso, la entienda, apoye y quiera estar siempre con ella. Muchos hombres  admiradores le enviaban peluches, rosas, pero ella las tomaba, agradecía, pero no acudía a las citas que le proponían junto con esos regalos.

Un día que había terminado su sesión de fotos, saliendo del estudio se topó con un hombre de contextura mediana, blanco  y que llevaba unos lentes que lo hacían ver interesante.
-Disculpe señor- Le dijo ella
-Disculpe usted señorita, no la vi, lo lamento, ¿Está usted bien?
-Sí. Sí, no se preocupe, llevo prisa, perdone
y se fue presurosa a su casa, aunque el recuerdo de ese hombre, no sabía por qué, había quedado prendido en su memoria.

-Emilia se disponía a dormir cuando sonó el teléfono:
-Señorita Emilia, buenas noches  lamento llamarla a esta hora pero le comunico que mañana deberá llegar muy temprano, pues vendrá un nuevo cliente que necesita fotos de modelos para su próxima campaña de perfumes.
Emilia estaba cansada pero accedió al pedido de su jefe-Esta bien Don Manuel me presento mañana a las ocho en punto
-Así me gusta Emilia, no debemos despreciar estas oportunidades que traerán excelentes réditos para mí y para ti. Te espero entonces temprano.

El reloj sonaba a rabiar y Emilia aún no se despertaba, pero el ruido persistente terminó por sacarla de la cama,  se hizo el aseo personal apresuradamente, tomó solo un vaso de leche y se cambió con un vestido rojo y unos tacones negros altos. Se maquilló  rápidamente pues ya iban a dar las ocho y salió disparada de su casa.
Al llegar al estudio de fotos, se percató que aquél hombre con el que se había tropezado el día anterior hablaba con su jefe y le dio curiosidad de saber quién era, así que se acercó como para reportarse su jefe, aunque en verdad quería cerciorarse si efectivamente era él.
-¡Hola Emilia!, mira quiero presentarte al señor Juan López el gerente de la perfumería Rosas Fragantes, quién nos ha solicitado fotos de modelos, tú eres la primera así que a alistarte - Juan Pérez al ver a Emilia nuevamente se siente complacido le extiende la mano saludándole- Mucho gusto señorita  Emilia, yo soy Juan Pérez, gerente de la perfumería Rosas Fragantes y su atento servidor.
Emilia se quedó impactada que un gerente de una empresa la salude tan cortésmente y devolvió el saludo con una sonrisa de aprobación- Buen día señor Juan López, ojalá le guste la sesión- Pues  seguro que sí señorita si es usted la que va a modelar, es seguro que me agrade-
Ante estas palabras Emilia se sonrojó y dando un suspiro  se retiró a  realizar las sesiones de fotos.

Emilia lucía muy bella y elegante y posaba con mucho profesionalismo para las fotos, llevando siempre en sus manos los diverso perfumes de la marca Rosas Fragantes, Juan la veía muy extasiado y ella se daba cuenta que la miraba embobado.

Terminada la sesión de fotos Emilia se dirige a su casa, no sin antes agradecer a Juan, a su jefe, por haberse sentido tan cómoda en esa sesión. Juan al verla salir la sigue detrás. Emilia caminaba muy rápido, así que apura el paso  y la logra alcanzarla - ¡Señorita Emilia!, disculpe, he quedado muy complacido con su trabajo y  he pensado en invitarla almorzar, qué dice, ¿acepta usted por favor?- Emilia se queda muy sorprendida por esta oferta pero se sentía muy feliz esa tarde por su trabajo y el buen trato que él y su jefe le habían dado y acepta, además Juan no le era indiferente así que fueron   restaurante cercano del centro de la ciudad. Allí dialogaron muy amenamente, había química entre ellos, las burbujas de al amor flotaban en el aire entre estos dos seres desconocidos que se atraían mutuamente... (continuará)

 ©
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados 
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