¡CÓMO NO AGRADECERTE SEÑOR!
Cómo no agradecerte padre amado.
por todas las
bendiciones incesantes,
que derramas cada día
en mi ventana dorada,
por los ojos hermosos
del nuevo día,
por el pan abundante en
mi mesa,
por la preciosa
familia y los bellos amigos;
por ese cielo, que brilla
hermoso todos los días,
por el señor sol que
me regala inmensa alegría;
por la hermana
luna que me hace compañía.
Por esos pájaros que
vuelan descansados,
por el trabajo,
por los éxitos,
pero también por los
fracasos,
porque allí puedo ver
tu mano amiga que me sostiene y alienta.
Disfruto en ellos tu consuelo de padre bueno.
Te agradezco por mi pasado, por
mi presente y por lo que me vendrá.
Sé que todo está bien hecho por
tu mente infinita.
¡Hágase en mí tu voluntad!
Acepto todos tus designios en
mi vida, de buena gana.
Todo lo creaste bueno, padre
santo,
para la felicidad plena de los
humanos.
Rebosa siempre de lluvia de bondad, tus
blancas manos.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados
(Prohibida su copia total o parcial)
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